Nota publicada hoy en el diario El Peruano. Revisa la versión original aquí.

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En el Perú la libertad de expresión no sólo se la predica, sino que también se la practica y respeta a plenitud, tal como lo reconoce la comunidad internacional y todas las fuerzas políticas, gremios empresariales y laborales del país, así como la sociedad civil.

Esta realidad cotidiana que responde a un compromiso asumido por el gobierno del presidente de  la República, Ollanta Humala Tasso, ha sido reafirmada y subrayada por el canciller Rafael Roncagliolo durante su intervención en la Asamblea General extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada este fin de semana en Washington.

Es más, nuestro país no solamente defiende con firmeza la vigencia de la libertad de expresión y de prensa dentro de sus fronteras, sino que también apuesta por el fortalecimiento de este baluarte democrático en todo el continente, mediante el sistema integracionista de la OEA y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El canciller peruano ha sido muy claro al expresar en el seno de la OEA que nuestro país está “profunda y decididamente comprometido” con el fortalecimiento de la CIDH y el respeto al trabajo de la Relatoría Especial sobre Libertad de Expresión.

En un gesto muy significativo que trasciende los discursos, el canciller Roncagliolo anunció en Washington que el Perú entregará una contribución voluntaria al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, al que le debe mucho de su consolidación democrática, y señaló que los países miembros deberían hacer lo propio.

Al sustentar la posición de nuestro país frente a propuestas que entrañaban el riesgo de un debilitamiento de la CIDH, el jefe de la diplomacia peruana reafirmó que el Perú coincide con los otros estados en la aspiración de lograr que el financiamiento del sistema esté integrado dentro del fondo regular de la organización.

En tal sentido, instó a los otros países miembros de la OEA a realizar contribuciones voluntarias al conjunto de actividades del sistema.

Al referirse a los estrechos vínculos establecidos entre el Estado peruano y la CIDH, recordó que este sistema ayudó al Perú a superar los problemas generados en las décadas de 1980 y 1990 cuando el terrorismo y la debilidad institucional sumieron al país en uno de los periodos más violentos y penosos de su historia contemporánea.

Subrayó que, a pesar de esta coyuntura crítica y dolorosa, el Perú cumplió con respetar e implementar los fallos y las recomendaciones de los tribunales supranacionales.

“Nuestra transición ha sido difícil, pero el Perú ha cumplido con respetar e implementar las recomendaciones y sentencias emitidas tanto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, conocemos bien el sistema y lo valoramos mucho”, recalcó.

La realidad de nuestro país ahora es muy distinta. El gobierno del presidente Ollanta Humala ha diseñado una política económica y social coherente, basada en el crecimiento continuo de nuestra economía, pero procurando siempre que los beneficios económicos derivados de las inversiones y los altos índices de la producción sean orientados a atender las necesidades de los más pobres.

En este contexto, la democracia y la libertad de expresión son valores inalienables de nuestra sociedad.

"El Perú no sólo defiende con firmeza la vigencia de la libertad de expresión y de prensa dentro de sus fronteras, sino que también apuesta por el fortalecimiento de este baluarte democrático en todo el continente, mediante el sistema integracionista de la OEA y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)."

 

Imagen tomada de DeAvanzada