Artículo escrito por Luis Hidalgo Suárez, publicado hoy en diario Gestión. Revise la versión original aquí.
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Latinoamérica aumentaría su tasa de crecimiento de 2.9% en el 2012 a 3.5% este año y a 3.7% en el 2014, destacando la situación de Chile, Colombia y Perú (6.5%), la recuperación de Paraguay y el dinamismo de Panamá, según las estimaciones presentadas por Juan Ruiz, economista jefe deBBVA Research para América del Sur.
Sin embargo, Ruiz advierte que los países de la región deberán promover reformas para aumentar la productividad y consolidar así el crecimiento en el largo plazo.
Según el estudio, el dinamismo relativo que mantendrá América Latina este año y el 2014 (3.7%) se basa en la demanda interna que seguirá apoyada por el dinamismo de los mercados laborales y del crédito, en un contexto en el que los indicadores de confianza (ver nota aparte) continúan en un rango elevado en la mayoría de países. Pero será esencial que se complete la recuperación en Brasil (que el año pasado creció solo 0.9%).
Balance fiscal
En el caso del Perú, refiere que el impulso fiscal compensa la debilidad del sector exterior. Pero ese mayor gasto público (impulso pro cíclico) llevará a un menor superávit fiscal (ver gráfico). Como hemos informado (Gestión 02.05.13), el incremento del gasto público se debe en buena parte al crecimiento de las remuneraciones estatales que en el 2012 alcanzó su mayor tasa (11%) en tres años.
Al respecto, Ruiz destacó que aun cuando en el Perú se observa un deterioro en el saldo fiscal, este sigue siendo superavitario, pero menor al de años anteriores.
En tal sentido, apoyó el debate que se está abriendo en nuestro país acerca de la conveniencia o no de tener reglas fiscales (para controlar el gasto) y de qué tipo deberían ser estas. Cabe indicar que, como ya ha ocurrido en varias oportunidades, este año se ha suspendido la regla que obliga a que el crecimiento del gasto público (consumo del Gobierno) no sea más de 4% en términos reales.
Para el BBVA Research, señala Ruiz, sería más conveniente tener una regla de saldo fiscal estructural (que limpia el efecto del ciclo económico y de la alta volatilidad del precio de las materias primas en el resultado fiscal).
Es cierto que puede haber alguna incertidumbre sobre cuál es el saldo fiscal en un momento determinado (porque requiere medir el PBI potencial y otras variables no observables), pero es mucho menos discrecional que una regla que establece un techo al crecimiento del gasto corriente; y, además, contribuiría a que la regla fiscal tenga un carácter contracíclico, agregó.
Reformas
Otra de las conclusiones del estudio (ver pág. 20) es que si bien la región ha alcanzado alto crecimiento con baja vulnerabilidad en los últimos años; un avance a niveles medios de renta per cápita y calificaciones crediticias; reducción de la pobreza y de la desigualdad, que se traduce en un aumento de las clases medias, el reto es aumentar la productividad para que el crecimiento sea sostenible a largo plazo.
En ese sentido, Ruiz remarcó la necesidad de avanzar con las reformas estructurales pendientes (orientadas a mejorar el clima de negocios y la competencia); aumentar tasa de ahorro interno para financiar el capital físico (infraestructuras) y el capital humano, y con ellos la productividad.