Nota escrita por Hernán Briceño, publicada hoy en el diario El Peruano. Revisa la versión original aquí.

Nota escrita por Hernán Briceño, publicada hoy en el diario El Peruano. Revisa la versión original aquí.


El término Sistema Nacional de Innovación fue utilizado por primera vez por Christofer Freeman (1987) en su estudio sobre el éxito de la economía japonesa.

Otra definición lo relaciona con las redes de instituciones y organizaciones en los sectores privado y público cuyas actividades e interacciones inician, importan o difunden nuevas tecnologías.

Otros autores afirman que dicho sistema está conformado por todos los factores económicos, sociales, políticos, organizacionales, institucionales, entre otros, que influyen en el desarrollo, difusión y uso de las innovaciones.

Sería importante para el país que se estudie la posibilidad de su implementación con la intervención de  las universidades, los institutos de educación e investigación tecnológicos, empresas industriales, laboratorios químicos, importadores de maquinarias y equipos tecnológicos, que deberían trabajar liderados por el Estado para crear polos de desarrollo tecnológico y clusters (cadenas productivas), en los ámbitos nacional y regional.

Esto se practica en Asia y también en países europeos, así como en Estados Unidos y Canadá.

Las nuevas economías modernas y desarrolladas del este asiático han implementado los modelos económicos del conocimiento, ellas impulsan la innovación, investigación y desarrollo tecnológico.

Los trabajos publicados acerca de innovación se han venido incrementando sustancialmente desde los años 60, pues es preocupación constante en las sociedades modernas, con el objetivo de seguir incrementando el bienestar socioeconómico de sus poblaciones.

Entre las principales funciones de este sistema estarían: velar por el desarrollo de la economía del conocimiento, la innovación y desarrollo tecnológico e industrial. Fomentar las actividades de investigación y desarrollo de las empresas, públicas y privadas.

Monitorear la formación de clusters con el objetivo de optimizar el proceso de innovación. Coordinar el diseño de los programas de capacitación de las instituciones públicas basadas en la innovación y la aplicación de nuevas tecnologías.

Una función fundamental debiera ser fomentar la coordinación entre los sectores académico y empresarial, para que calce adecuadamente la oferta educativa con la demanda industrial, buscando mejoras en su calidad. De la misma forma, fomentar la investigación científica.

Imagen tomada de AegePUCP