Nota escrita por Diana Mujica, publicada hoy en el diario Gestión. Revisa la versión original aquí.
Nota escrita por Diana Mujica, publicada hoy en el diario Gestión. Revisa la versión original aquí.
El alcance de las redes sociales en el Perú no lo discute ya nadie. Pero mientras no hay casi ninguna empresa de alto perfil con un Facebook activo, el el ámbito político aún son pocas las luces del camino de las campañas digitales de los candidatos y su impacto real a la hora de lograr electores.
Importancia
Para Gustavo Rodríguez, escritor y comunicador con una larga experiencia en publicidad, las redes sociales tienen una importancia in crescendo innegable, pero aún no deciden una elección.
¿Aún cuando se trata de una elección ajustada?
“En la revocatoria el éxito de la campaña con los paneles y su popularidad en redes sociales con los memes fue un factor decisivo, pero solo un factor más; el apoyo de Lourdes fue otro factor, una declaración infeliz desde el “Sí” pudo ser otro, pero lo digital no define el éxito, aún en una elección así de ajustada”.
Coincide con él Freddy Linares, director de la consultora de negocios online Cominstall. Él opina que, a pesar de la penetración del uso del internet, esta es asimétrica por lo que su espectro de influencia varía.
“Si hablamos de un candidato presidencial, existen públicos, como el rural, donde el uso de las redes sociales no tiene un peso ni una presencia”.
Y estar no garantiza nada. “Una campaña digital debe ser fácil de replicar. En el caso del “No” era muy fácil alterar el cartel de los paneles y jugar con él, eso beneficiaba la viralidad”, explica Linares.
De la misma idea es Robby Ralston, experto en publicidad y consultoría creativa, que cree que jugar con una campaña digital es un paso de camino al éxito.
“Hay que olvidarse de un discurso aburrido con la cara del candidato, algo así el usuario online lo va a abandonar sin pensarlo”, explica Ralston.
¿A quién?
Para Gustavo Rodríguez un error común son los presupuestos o estereotipos.
“Pensar que porque nosotros como prensa, como líderes de opinión, usamos Facebook o Twitter para informarnos; el resto también lo hace, es un error”.
Para el experto, no es lo mismo un usuario de una cabina de internet de Villa María del Triunfo que un profesional de los medios de comunicación: “el mundo del Facebook no tiene un correlato exacto en la realidad”.
Para eso, Rodríguez recomienda segmentar al público digital: no se trata solo de jóvenes adictos al smartphone, hay de todo; y cada segmento descubierto deberá tener un discurso de campaña distinto para llegar a él con efectividad.
“En unas elecciones presidenciales los publicos son más diversos, y aunque en el 2016 no habrá un candidato sin redes sociales, nadie puede garantizar que habrá de nuevo algo como lo de PPK y su PPcuy, así empiecen a pulular las mascotas”, predice Robby Ralston para las siguientes presidenciales.