Nota publicada hoy en el diario Gestión.
Nota publicada hoy en el diario Gestión.
(Reuters) Organizaciones no gubernamentales, gremios y empresas como Apple, Google y Facebook enviaron una carta para presionar a la Casa Blanca y al Congreso de Estados Unidos para que entregue más información sobre los pedidos que hizo el Gobierno de datos de usuarios por asuntos de seguridad nacional.
Junto con LinkedIn, Yahoo!, Microsoft, Twitter y muchas otras, las empresas pidieron más transparencia sobre la recolección de datos secretos en la carta.
Al presidente
La misiva fue dirigida al presidente Barack Obama; al fiscal general, Eric Holder; al director de Inteligencia Nacional, James Clapper; al director general de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Keith Alexander; y a los líderes de seguridad nacional en el Congreso.
Las empresas de tecnología intentan reivindicar su independencia, luego que documentos filtrados por el ex contratista de seguridad Edward Snowden sugirieron que habrían entregado al Gobierno estadounidense acceso a sus computadoras como parte del programa secreto de vigilancia de NSA llamado Prisma.
Participación
La naturaleza clasificada de la recolección de datos impide que las empresas involucradas informen incluso su propia participación, y menos el contenido de las solicitudes.
Las filtraciones renovaron el debate sobre el equilibrio entre seguridad nacional y privacidad. También han dejado en una posición incómoda a las compañías, especialmente porque muchas han sido atacadas por su propio uso comercial de la información de usuarios.
Algunas firmas, incluidas Facebook y Apple, llegaron a un acuerdo con el Gobierno para entregar información limitada sobre la cantidad de solicitudes de vigilancia que reciben. En la carta, las empresas pidieron que se les permita la publicación de estadísticas sobre el número y alcance de pedidos de datos.
OTROSÍ DIGO
Por un derecho. De acuerdo a la carta de las empresas tecnológicas, esta información es importante para el pueblo estadounidense, que tiene derecho a tener un debate público informado, y también para los usuarios internacionales de proveedores de servicios con sede en Estados Unidos, que están preocupados por la privacidad y seguridad de sus comunicaciones.